La creciente crispación en la escena política española pone en peligro a la Democracia
Hay que frenar la crispación en la política española.
Decía el genial humorista Gila en una de sus actuaciones que el fútbol no debería convertirse «en una mutua humillación de madres». Nuestros políticos, sin embargo, están llevando su actividad a unos niveles de crispación difíciles de recordar.
Debemos reconocer que la corrupción, en cualquiera de sus formas, afecta a todos los partidos políticos porque nadie está libre de la enorme tentación que supone tener acceso al poder económico o a las influencias.
Ninguna organización política, por lo tanto, es pura y virginal, y aunque las piedras que se arrojan mutuamente los partidos más importantes como el PP liderado por Alberto Núñez Feijóo y el PSOE de Pedro Sánchez son de grueso calibre dada la magnitud de los numerosos casos que están saliendo a la luz, hay determinados límites que jamás se deberían rebasar en la actividad política.
«Me gusta la fruta»; «Asesino»; «Sinvergüenza», entre otras, son algunas de las numerosas expresiones que nuestros políticos se dirigen unos a otros desde hace demasiado tiempo, e incluso en fechas recientes en el Senado se ha llegado a oír «¿Por qué no bajan aquí y me lo dicen a la cara?» que suena más como un reto de pelea en la barra de cualquier tasca que lo que debería ser un discurso político.
«Os vamos a triturar. Vais a tener que cerrar»
En la órbita de los políticos de alto nivel siempre hay otros actores que se encargan de puntos muy importantes de la comunicación política. Asesores como Miguel Ángel Rodríguez también aportan lo suyo al lodazal en el que se ha convertido la actualidad política, mezclando amenazas a periodistas para añadir a un explosivo cóctel de crispación con unas consecuencias impredecibles para la salud de nuestra Democracia.
Al hilo de los estudios sobre comunicación política que se han realizado en fechas recientes, podemos marcar con claridad el inicio de esta espiral de crispación tras la irrupción en la política de la formación de ultraderecha VOX, cuyo líder Santiago Abascal fue de los primeros en embarrar el debate.
La actividad de Abascal en el Congreso de los Diputados ha sido analizada en publicaciones científicas (Hernando, J. A. A., Homont, L. P. P., & Fernández, C. H. (2023). Análisis del discurso parlamentario de VOX en la XIV Legislatura: crispación, polarización y nacionalpopulismo. Estudios Sobre El Mensaje Periodístico, 29(1), 1.), donde se refleja cómo el líder de VOX ha venido utilizando gruesos términos contra el gobierno presidido por Pedro Sánchez.
Abascal ha calificado al Gobierno como «liberticida que degrada cultural y moralmente España» y que llegó al poder «mediante la mentira y manipulación de los electores».
Asimismo, demoniza a su presidente Sánchez, el cual según Abascal representa el principal culpable de todos los males de España, vía demonización feroz con críticas políticas y también personales.
Abascal ha emitido en el Congreso, refiriéndose a Sánchez, expresiones como: “el campeón del aborto, de la eutanasia y del narcosocialismo” (Moción de Censura, 22/10/2020) o “Es usted un peligro para España” (Comparecencia del Gobierno ante el Pleno, 20/06/2021).
VOX, además, lleva a cabo el uso de eslóganes y consignas de desprecio expreso (“¡Gobierno criminal!”; “Gobierno socialdelincuente”), y la inclusión de verdades a medias y mentiras manifiestas utilizando cifras y datos sin contrastar e información incompleta e interesada. VOX es, con pocas dudas, el origen de la entrada de las «fake news» en la política española, que dentro de la estrategia del partido de Abascal conduce a una desensibilización y trivialización del debate político que «normaliza el discurso de odio y lo transforma en resentimiento, incrementando los prejuicios y la violencia» (Abuín-Vences et al., 2022: 40).
Las consecuencias en la vida real de estos discursos de crispación y polarización se pueden ver con claridad, cristalizadas en ataques a sedes de partidos políticos, lo cual supone un peligroso punto de inflexión en nuestra Democracia.
Los partidos políticos son responsables de que la creciente crispación y la estrategia del «y tú más», echándose en cara casos de corrupción unos a otros y alimentando bajezas en forma de ataques personales, nos está llevando a unos niveles de furia y radicalismo en las calles que es necesario frenar cuanto antes para que nuestra Democracia deje de estar en peligro.
Referencias bibliográficas:
-Hernando, J. A. A., Homont, L. P. P., & Fernández, C. H. (2023). Análisis del discurso parlamentario de VOX en la XIV Legislatura: crispación, polarización y nacionalpopulismo. Estudios Sobre El Mensaje Periodístico, 29(1), 1.