Las últimas tendencias electorales en España muestran que la ciudadanía se aleja de los extremos, tanto a la izquierda como a la derecha, para volver a confiar en los partidos moderados
En el centro de la imagen Alberto Núñez Feijóo junto a la actual presidenta de Cantabria María José Sáenz de Buruaga y otros miembros del PP cántabro, durante una visita a Torrelavega – (C) Foto: DAVID LAGUILLO/CANTABRIA DIARIO-ESTORRELAVEGA
El líder del Partido Popular Alberto Núñez Feijóo ha cambiado su tono en los últimos días, virando hacia la principal virtud que se le intuía al gallego desde su salto a la política nacional: la moderación.
España ha vivido un breve romance, una especie de coqueteo veraniego que duró apenas diez años, con los extremos ideológicos tanto a la izquierda como a la derecha. Pero todo parece indicar, a la vista de los últimos resultados electorales, que muchos ciudadanos han vuelto a confiar en la mesura que representan los partidos políticos más moderados como pueden ser el PP y el PSOE.
Las tendencias a la baja de los extremos ideológicos a la izquierda y a la derecha hacen pensar que los extremos, que como bien dice el sabio refranero popular siempre se tocan, viven horas muy flojas después de haber calado en la sociedad española.
Feijóo se ha dado cuenta de esto y quizás, haciendo gala de la virtud moderada que se le veía con claridad, ha serenado en las últimas semanas su discurso, rebajando el tono agrio al respecto de temas como la Amnistía o el próximo más que probable Gobierno de Coalición que presidirá Pedro Sánchez.
Solo se puede interpretar como positivo que Feijóo aparte las influencias de la extrema derecha, porque el voto desencantado que pudo atraer el PP de VOX hace años, está cada vez más desencantado con Abascal y su férrea camarilla, y son cada vez menos votos, lo que hace pensar que el PP ya no necesita endurecer su discurso para atraer a los simpatizantes del partido verde.
Este alejamiento de Feijóo de la perniciosa influencia de VOX es bueno para el propio Feijóo, es bueno para el PP, es bueno para el PSOE y, en definitiva, es bueno para todos los españoles.
El líder del PSOE Pedro Sánchez conseguirá formar un nuevo Gobierno de Coalición con SUMAR y con el apoyo de independentistas catalanes y otros grupos, y será un Gobierno legítimo en virtud del sistema democrático de pactos que todos hemos aceptado al entrar en el juego político de las mayorías. Es, por lo tanto, necesaria una sana labor de oposición democrática que Feijóo llevará a cabo con la necesaria lealtad y mesura.
La sociedad moderna, avanzada e integradora que necesita España de la mano de Sánchez y sus socios, y con la oposición serena de Feijóo para afrontar un futuro lleno de incertidumbres en el ámbito del cambio climático, la vivienda, el futuro laboral, los retos demográficos y la integración, nos lleva a un panorama donde todos los signos de moderación, diálogo y entendimiento, dejando de lado los agrios enfrentamientos, serán la clave que nos llevará a todos a un horizonte de esperanza.