Otra avería en los trenes de cercanías de Cantabria vuelve a dejar tirados una vez más a los pasajeros, esta vez en la estación de Mar
En la imagen de archivo un cartel escrito a mano que indica «Esta puerta no va» – Los viajeros, hartos del «caos» en los trenes de cercanías de Cantabria
El transporte ferroviario en Cantabria está tocando fondo en términos de pésima calidad, una situación difícilmente aceptable.
La falta de inversiones en mantenimiento en vagones e infraestructuras es notoria, todos los usuarios habituales del tren pueden comprobar cómo hay trenes con goteras interiores terribles, con puertas que no funcionan como en la foto que ilustra este artículo, y las paradas, retrasos y cancelaciones de trenes son habituales todas las semanas.
La paciencia de los usuarios, al límite, refleja un caos técnico y organizativo en el que, además, brilla por su ausencia incluso la seguridad dentro de los propios vagones, donde casi nunca hay agentes de seguridad ni revisores.
Miles de personas utilizan todos los días los trenes de cercanías de Cantabria para ir a trabajar, estudiar o para cualquier otra gestión, pero el caos en el que está inmerso el servicio hace que la paciencia de los viajeros se agote a cada momento.
Ausencia total de información a los viajeros
Si usted viaja desde la estación de Torrelavega hasta Santander, es muy probable que se equivoque de tren y no sepa si el tren en el que se está subiendo es el que para en todas las estaciones, o si se trata del tren directo a la capital cántabra, que tarda mucho menos en llegar.
La razón de esta confusión es que el pírrico sistema de megafonía en la estación de Torrelavega es imposible de oír y los paneles informativos son confusos. La escasez de empleados en la estación para poder preguntar también se suma a esta ausencia de información.
Además los horarios disponibles suelen ser más orientativos que otra cosa. Especialmente en los días de lluvia, donde la falta de inversiones en mantenimiento y mejoras técnicas hace aflorar las numerosas carencias del servicio, los constantes retrasos y cancelaciones de trenes hacen difícil saber hacia dónde va cada tren.
Así las cosas, la paciencia de los viajeros se agota mientras la calidad del servicio de transporte ferroviario en Cantabria se deteriora en caída libre.