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Entre abril y julio, más de 20.000 niños y niñas han sido tratados por malnutrición aguda y alrededor de 100 han muerto por causas relacionadas desde el inicio del conflicto. La guerra de Gaza ha matado ya a más de 18.000 niños y niñas.
“La región se enfrenta a una hambruna masiva”, alerta Aldeas Infantiles SOS, que sigue trabajando en Gaza desde un campamento provisional en Al Mawasi.

Se han cumplido 500 días desde que la organización reubicó en Cisjordania a 68 niños y niñas de la Aldea Infantil SOS de Rafah, en Gaza, que fue posteriormente destruida por las bombas. “Hoy sueñan con un futuro mejor. Quieren ser médicos, maestros, ingenieros, artistas. Anhelan regresar a Gaza y vivir en paz”.
Madrid, 14 de agosto de 2025. Con motivo del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, que se celebra el 19 de agosto, Aldeas Infantiles SOS alerta de que el bloqueo de la ayuda en Gaza se está cobrando las vidas de los niños y niñas más vulnerables. Además de a las bombas, hace meses que se enfrentan a la escasez extrema de alimentos, agua potable y atención sanitaria, y las consecuencias están siendo devastadoras. La organización de atención directa a la infancia trabaja con 200 niños y niñas que han perdido el cuidado parental en Gaza y Cisjordania y 2.000 participan en sus programas de fortalecimiento familiar.
La guerra en Gaza ha matado ya a más de 18.000 niños y niñas, de los que alrededor de 100 murieron por causas directamente relacionadas con la malnutrición, según datos de Naciones Unidas y el Ministerio de Salud de Gaza.
Entre abril y julio de este año, más de 20.000 niños y niñas han sido tratados por desnutrición aguda en los hospitales de la Franja. Solo en julio, 25 fallecieron por causas relacionadas con el hambre, de los que 24 tenían menos de cinco años. Aldeas Infantiles SOS advierte, no obstante, de que las cifras reales podrían ser aún mayores, dado el colapso del sistema sanitario y las dificultades de acceso a las zonas más afectadas.
“La región se enfrenta a una hambruna masiva y no hay tiempo que perder”, alertan desde Aldeas Infantiles SOS. “Estamos viendo cómo el hambre ya ha empezado a matar. Cada día que pasa sin acceso a la ayuda humanitaria, más vidas de niños y niñas están en riesgo”.
La emergencia alimentaria se ve agravada por la escasez de otros recursos esenciales. En muchas zonas, el agua potable es prácticamente inexistente, lo que expone a la infancia a enfermedades infecciosas.
En este escenario extremo, Aldeas Infantiles SOS sigue trabajando desde un campamento provisional en Al Mawasi, cerca de Khan Younis, donde se encuentran refugiados los niños, niñas y parte del equipo tras la evacuación forzosa de la Aldea Infantil SOS de Rafah, que posteriormente fue destruida por los bombardeos.
Actualmente, la organización atiende en este campamento a 46 niños y niñas, de los que 41 se encuentran no acompañados o separados de sus familias. Su labor incluye no solo la cobertura de necesidades básicas como alimentos, agua y refugio, sino también apoyo psicosocial, atención al trauma, búsqueda de familiares y actividades educativas y recreativas, esenciales para mitigar el impacto emocional de la guerra. En Gaza, al menos 19.000 niños y niñas han quedado huérfanos a causa del conflicto.
Solo en julio, más de 5.000 niños y niñas disfrutaron de sus actividades recreativas. “Algunos no participan o se sientan en silencio a un lado. Los psicólogos explican que están demasiado agotados por la falta de comida. Es verdaderamente desgarrador ver esto”, dice Alnaem Bilal, coordinador de Proyectos de Emergencia de Aldeas Infantiles SOS en Gaza.
Aldeas Infantiles SOS insta a la comunidad internacional a actuar de inmediato para restablecer el acceso humanitario a la Franja de Gaza: “Es urgente garantizar la entrada segura y sin restricciones de ayuda vital, especialmente alimentos, agua potable y asistencia médica, destinada a proteger a la población civil y, en particular, a los niños y niñas”.
La organización de atención directa a la infancia recuerda, asimismo, que toda intervención humanitaria debe regirse por principios de neutralidad, imparcialidad e independencia, y ser gestionada exclusivamente por actores civiles.
500 días fuera de Gaza
Ya se han cumplido 500 días desde que Aldeas Infantiles SOS reubicó en Cisjordania a 68 niños y niñas que vivían en la Aldea Infantil SOS de Rafah, Gaza, y a sus 11 cuidadores, ante la amenaza inminente de una ofensiva terrestre. Desde marzo de 2024, estos niños y niñas se encuentran en la Aldea Infantil SOS de Belén, tras una compleja operación humanitaria coordinada con diversas autoridades. Tenían entre dos y catorce años y ya estaban bajo cuidado alternativo antes de la guerra.
Muchos de los niños y niñas evacuados de Rafah ya habían vivido traumas profundos, incluyendo la pérdida de familiares y la exposición directa a la violencia. Sin embargo, conservan la esperanza. “A pesar de las dificultades, los niños, niñas y adolescentes con los que trabajamos todavía sueñan con un futuro mejor. Quieren ser médicos, maestros, ingenieros, artistas. Anhelan regresar a Gaza, vivir en paz y sentirse seguros para construir su vida”, afirma Ghada Hirzallah, directora de Aldeas Infantiles SOS en Palestina.
El profundo impacto emocional del conflicto se manifestó desde su llegada. El equipo en terreno relata que durante su primer desayuno fuera de Gaza, muchos niños y niñas no se atrevían a comer todo lo que tenían en el plato, pues estaban acostumbrados a compartir raciones mínimas.
Desde entonces, han recobrado cierta rutina. Van a la escuela, disfrutan de actividades deportivas y artísticas y participan en sesiones de apoyo psicosocial. “Hoy los vemos jugar, reír, cantar. Sus sonrisas nos recuerdan que, incluso en medio del caos, la sanación es posible si se ofrece el acompañamiento adecuado”, señala Hirzallah.
Aun así, los desafíos a los que se enfrentan persisten. Uno de los mayores es el dolor de la separación familiar. Muchos de estos niños y niñas siguen sin contacto con parientes cercanos, lo que se suma a la angustia generada por el desplazamiento forzado y la pérdida. Además, las incursiones militares en Cisjordania reactivan sus traumas y no permiten que el miedo desaparezca.
En total, Aldeas Infantiles SOS proporciona cuidado alternativo a 200 niños y niñas que han perdido el cuidado parental en Palestina, 46 en Gaza y el resto en Cisjordania, y atiende a 2.000 a través de su Programa de Fortalecimiento Familiar, que tiene el objetivo de mejorar sus condiciones de vida y evitar la separación de padres e hijos.
Aquellos que permanecen en Gaza viven una situación crítica. Las bombas han caído a tan solo 800 metros de su campamento.
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