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Cantabria registró el año pasado 7.075 accidentes de trabajo con baja, la cifra más alta de los últimos 14 años y un 42% más que los 4.987 contabilizados en 2013, cuando se inició un período de crecimiento del empleo hasta la actualidad y con él del número de personas trabajadoras con las contingencias cubiertas por accidente laboral o enfermedad profesional, según precisa un informe elaborado por UGT-Salud Laboral.
El sindicato, que este año conmemora el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo con su jornada anual de homenaje a sus nuevos delegados y delegadas de prevención y dedicada al 30 aniversario de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, destaca que en estos últimos 11 años la población trabajadora ha aumentado en Cantabria un 39% pero lo ha hecho también el impacto de los accidentes de trabajo o Índice de Incidencia.
UGT-Salud Laboral subraya al respecto que, según las estadísticas del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, Cantabria es una de las siete autonomías españolas donde el mencionado Índice de Incidencia o número de accidentes de trabajo por cada 100.000 trabajadores expuestos a ellos se ha incrementado en estos últimos 11 años
En concreto el Índice de Incidencia subió en la región 96 puntos (de 3.072 a 3.141), lo que reafirma el aumento de la accidentalidad pese a que Cantabria registrara el año pasado 62.895 afiliados más con las contingencias cubiertas y expuestos al accidente que en 2013 (225.241 por los 162.346 de entonces).
El informe destaca que el Índice de Incidencia sube en el balance general de accidentes de trabajo con baja, que incluye los registrados en jornada laboral y en el desplazamiento al o desde el centro de trabajo (In Itinere); y lo hace en ambos sexos, en todos los sectores económicos salvo en el primario y también en los siniestros mortales (de 4,31 a 4,88).
De hecho, Cantabria lleva ocho años consecutivos con un balance anual de accidentes laborales mortales de al menos dos dígitos y en 2017, 2018 y 2023 tuvo el mayor índice de incidencia mortal de todo el país, que se redujo el año pasado porque no se registró ninguno en In Itinere, lo que sólo había sucedido en 2022 desde que en 1995 se aprobó la vigente Ley de Prevención de Riesgos Laborales española.
En España, los accidentes de trabajo con baja laboral se han incrementado en el mismo período mencionado (2013-2024) un 34%, con 160.270 más (de 468.030 a 628.300), aunque el Índice de Incidencia baja 295 puntos (de 3.382 a 3.087) por un incremento medio del empleo de un 47% mayor que el de Cantabria y con seis millones y medio de afiliados más con las contingencias cubiertas (de 13.839.822 a 20.353.139).
Como precisa la responsable autonómica de Salud Laboral de UGT, Lara Pérez-Camino, “al margen de que hay que tener en cuenta que la lacra de los accidentes de trabajo es algo más que cifras y afecta a la salud y a la propia vida de las personas trabajadoras, la realidad es que tenemos una siniestralidad laboral creciente”.
La sindicalista subraya que “estamos en cifras superiores a los 7.000 accidentes laborales con baja, lo que no sucedía desde 2009, salvo en el atípico año de 2022 cuando se contabilizaron más de 9.000 porque se reconoció como accidente y enfermedad profesional el contagio por Covid del personal socio sanitario (se contabilizaron ese año más de 3.600 de carácter leve en este colectivo profesional que al año siguiente ya se redujeron a 700)”.
“Esto fuerza a analizar qué está fallando en la prevención y ponernos todos a trabajar en solucionarlo”, agrega Pérez-Camino, que recuerda que “para nosotros la gran mayoría de los accidentes son evitables y se vinculan a un incumplimiento de la Ley de Prevención; que implica la necesidad de una verdadera cultura preventiva en las empresas, una mayor vigilancia por parte de la Administración y, para ello, más medios y recursos en la Inspección de Trabajo”.
“De nada sirve una buena ley si al final no se cumple y no se actualiza a las nuevas realidades laborales”, asevera la sindicalista, que recuerda otra vieja reivindicación de UGT, “la creación de la figura del delegado de prevención territorial para todas aquellas empresa que no disponen de uno propio de plantilla porque no hay que olvidar que más del 80% de las empresas de Cantabria tienen menos de 6 personas asalariadas, no están obligadas a elecciones sindicales y, por tanto, no tienen delegado de prevención”.
La mayor duración de las bajas de España
El informe de UGT recalca que no sólo aumentan los accidentes de trabajo con baja, también la edad media de las personas accidentadas (de 42,4 a 44,3 años) y la duración media de las propias bajas, que alcanza los 48 días, la mayor de todas las autonomías españolas, según la última estadística disponible del Ministerio de Empleo en este concepto del año 2023.
Entre 2013 y 2023, la duración media de las bajas por accidente laboral se ha incrementado en Cantabria en 11 días (de 37 a los 48 mencionados); algo más 10 días en el caso de los siniestros en jornada laboral (de 36,8 a 47,1 días) y 16 días en los desplazamientos a o desde el centro de trabajo (de 40,4 a 56,3 días).
La duración media de más de un mes y medio de las bajas por accidente laboral en Cantabria supera en casi 12 días la media española en el mismo concepto (36,8 días) y “reafirma que las reiteradas denuncias por el incremento del absentismo laboral están muy ligadas a bajas por accidente laboral o enfermedad profesional que, por una gestión que entendemos deficiente por parte de las mutuas, se acaban derivando a una sanidad pública que termina saturada de casos por diagnosticar y tratar”, precisa la responsable de UGT-Salud Laboral.
Pérez-Camino puntualiza al respecto que en ese mismo año de 2023, el propio Ministerio de Sanidad situaba a Cantabria como la autonomía española con la mayor tasa de pacientes en espera médica quirúrgica, 11,53 por cada 1.000 habitantes, con el mayor tiempo medio de espera (144 días) y con el mayor porcentaje del país en pacientes con más de seis meses de espera estructural, un 32%.
“A ello se unen 38.700 personas en espera de una consulta médica en Cantabria”, afirma la sindicalista, que reitera que “se quiera o no, el problema de las listas de espera médicas y el crecimiento del absentismo laboral del que tanto se quejan algunos están directamente relacionados con el aumento de los accidentes de trabajo con baja”.
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