

No es un caso aislado y, por las circunstancias de la víctima, las humillaciones y agresiones a un menor discapacitado en el IES Leonardo Torres Quevedo de Santander han generado una alarma social sin precedentes en Cantabria.
Como sociedad necesitamos analizar y atajar de raíz el grave problema de una parte de los menores, por fortuna una minoría, que según varios estudios son cada vez más agresivos, incluso en su entorno familiar, y arrastran varias adicciones digitales entre las que se incluye la peligrosa adicción a la pornografía, que deforma su visión de las relaciones sexuales, y otras adicciones como el juego online.
Esta agresividad creciente en una parte de los menores se refleja en actitudes violentas dentro de las aulas, en el fenómeno del acoso escolar o «bullying», que puede derivar en actos de lo más execrables como aprovecharse de una persona con discapacidades e incluso grabar y difundir esos crueles actos.
También se refleja esa violencia en otras actitudes fuera de las aulas, como otros recientes sucesos incluso con un muerto en los trenes de cercanías de Cantabria, y la creciente inseguridad dentro de los vagones de los trenes y en las estaciones por las graves carencias de seguridad y el aumento de los niñatos gamberros y maleducados.
La Revista de Psicología Social (Social Psychology Review) ha señalado que la exposición a contenido violento en los medios de comunicación y en los videojuegos puede desensibilizar a los jóvenes hacia la violencia o incluso fomentarla. La repetida exposición a estas imágenes podría estar relacionada con un comportamiento violento adicional.
Un artículo publicado en el Journal of Adolescent Health ha revelado que las jóvenes edades son más propensas a padecer trastornos mentales graves como la depresión y la esquizofrenia, los cuales pueden derivar en actos violentos.
Es urgente actuar y sancionar con la severidad necesaria a algunos menores que, en su maldad ya intrínseca desde bien jóvenes, hay que expulsar de la Sociedad porque está claro que estos elementos agresivos del sector infantil-juvenil no son recuperables como miembros productivos de una sana convivencia.
Referencias bibliográficas
- Social Psychology Review (2021). «Los medios de comunicación y su influencia en la violencia joven.»
- Journal of Adolescent Health (2020). «Trastornos mentales y comportamientos violentos en jóvenes.»