La revista neerlandesa Privé ha publicado una rompedora portada exclusiva que ratifica con imágenes lo que toda España sabía durante décadas pero no se decía.
Juan Carlos I ha visto cómo España pasaba de considerar su figura como «campechana» a considerarle casi un «golfo» real, un acaparador de dinero de muy dudosa procedencia y, en última instancia, una persona de cuestionable catadura moral.
Bárbara Rey pasó años diciendo que en su casa habían entrado a llevarse cosas, y parece que las pruebas hoy publicadas por Privé, con unas imágenes de muy baja calidad de hace 30 años, confirman la versión de la artista.
Aunque ella siempre ha negado recibir dinero del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) para «tapar» todo el asunto cuando la relación con Juan Carlos I terminó, lo cierto es que durante unos años de aquella época Bárbara Rey disfrutó de varios espacios muy destacados en la cadena pública Radio Televisión Española que quizá eran difíciles de justificar de forma objetiva.
Lo bueno para la España de 2024 es que ya no somos la España de los 80. En la España de las décadas pasadas nadie podía publicar nada que fuera mínimamente crítico con la Monarquía.
Estas fotos publicadas por Privé y realizadas por el propio hijo de Bárbara Rey, Ángel Cristo Jr., cuando este tenía doce años, nos confirman muchas cosas, entre otras además de haber tenido un Rey que hizo muchas cosas que no debía como presunto «golfo» real, nos confirman que la España de 2024 ha superado aquellas etapas oscuras en las que no se podía hablar, digamos mal, del representante de una institución como la monarquía.
Y en eso, en la transparencia y en la libertad, hemos salido ganando aunque las fotos las publique un medio de comunicación extranjero.