En la imagen una manifestación negacionista en el centro de Santander, con carteles sobre el bulo del «Expediente Royuela» – (C) Foto: David Laguillo – CANTABRIA DIARIO
Se escribe negacionismo pero lo podríamos llamar «negocionismo», que vendría a ser una nueva palabra inventada por mí en este momento, mezclando «negacionismo» y «negocio».
«Negacionismo» es un término que se suele aplicar a los individuos que eligen negar la realidad para evadir una verdad incómoda.
El movimiento negacionista, aunque es muy heterogéneo en cuanto a las realidades negadas, sí tiene algo en común: todos sus líderes exhiben con profusión sus métodos para recibir dinero en forma de donaciones para la causa. Aquí vendría la otra pata del banco: el negocio.
Hace pocos días, el exjuez Fernando Presencia fue detenido y encarcelado, acusado de utilizar su asociación ACODAP con ánimo de lucro, entre otros presuntos delitos.
La justicia acusa a Presencia de quedarse con las donaciones, de cientos de miles de euros, que la gente enviaba para presuntamente «luchar contra la corrupción».
Para su incansable labor de presentar denuncias falsas a diestro y siniestro contra políticos, jueces y fiscales, Presencia tenía dos colaboradores necesarios: los Royuela (Alberto y Santiago), presuntos autores y difusores de los bulos contenidos en el infame «Expediente Royuela».
Este «Expediente Royuela» no era más que una cascada de papeles creados con plantillas de Word, fotocopias y burdos folios garabateados, en los que se acusaba a prominentes políticos, jueces y fiscales de incontables crímenes, desde presuntas cuentas bancarias en paraísos fiscales hasta presuntos asesinatos.
Nada de lo reflejado en los papeles de los Royuela era cierto, lo que no impedía que miles de personas creyeran a pies juntillas en las conspiraciones presuntamente reveladas, hasta el punto de enarbolar pancartas en manifestaciones negacionistas en Santander, como vemos en la fotografía de arriba.
Miles de euros en donaciones
El magistrado instructor, Joaquín Gadea, imputa a Presencia siete supuestos delitos: estafa, alzamiento de bienes, blanqueo de capitales, asociación ilícita, organización criminal, calumnias y contra las altas instituciones del Estado.
Presencia y los Royuela habían creado toda una fábrica de bulos y querellas falsas que se retroalimentaba mutuamente, todo con el lucrativo fin, presuntamente, de conseguir donaciones, según se expone en el auto de encarcelamiento.
El juez Gadea tacha a la asociación ACODAP como «un artificio, un ardid, o engaño, creado para ganar dinero mediante aportaciones de personas que creen estar luchando contra la corrupción».
Entre 2021 y 2022 Acodap recaudó en donaciones un total de 188.722 euros en una cuenta bancaria española, aunque falta por saber la cantidad de dinero que podría haber en otra cuenta que Presencia abrió en Lituania.
Después de la detención y el encarcelamiento de Fernando Presencia, el canal de Telegram que pertenecía a la publicación «La voz de Talavera», se ha reconvertido en «Denunciantes de Corrupción», como se puede ver en la imagen inferior.
En ese canal siguen pidiendo dinero a través de cuentas bancarias y Bizum para «ayuda para los denunciantes de corrupción represaliados y a las familias de los detenidos».
Paladines «por la verdad»
El punto descrito más arriba, «represaliados», añade un factor más a la historia que todos los líderes negacionistas tienen en común: se presentan ante sus fieles seguidores como paladines de la justicia, atacados por el sistema y luchadores «por la verdad», esa presunta verdad que el sistema nos estaría ocultando según las teorías conspiracionistas.
La pandemia de COVID-19 fue el caldo de cultivo perfecto para que muchas personas se presentasen ante la sociedad como los auténticos gurús «por la verdad».
En muchos casos, sin embargo, varios colectivos que se autodenominaban «por la verdad» se dedicaban a difundir bulos, desinformación y noticias falsas con las que sostener y aumentar sus teorías conspirativas.
Es el caso de «Médicos por la verdad», un colectivo de profesionales sanitarios que dio la espalda a la ciencia verificada para acoger y difundir teorías de la conspiración.
Charlas, conexiones de vídeo y foros de pago
Las vías de negocio de los líderes negacionistas van mucho más allá de las donaciones.
Natalia Prego, médica de familia expedientada por difundir teorías negacionistas durante la pandemia y fundadora de ‘Médicos por la verdad’, continúa a día de hoy, tres años después de la pandemia, pidiendo dinero a sus seguidores, como se puede ver en el mensaje fijado en su canal oficial de Telegram.
Además, muchos de estos líderes dan charlas y cursos de pago, además de cobrar a los asistentes a videoconferencias y en algunos foros presenciales.
Libros y cruceros
El biólogo Fernando López-Mirones, otro de los negacionistas más destacados y con miles de seguidores en todo el mundo a través de diversas plataformas en línea, también tiene un canal de Telegram con un mensaje fijo en el que ofrece un crucero por el Mar Tirreno «Roma y su legado, travesía de historia y navegación».
Por el módico precio de 4.180 euros en camarote compartido, los asistentes a ese viaje podrán disfrutar del 5 al 15 de octubre de las charlas de López-Mirones y otros ponentes.
El libro «Yo, negacionista», de Fernando López-Mirones, editado por Almuzara, una editorial propiedad del exministro del PP Manuel Pimentel
En la imagen anterior se puede ver el libro «Yo, negacionista», de Fernando López-Mirones, editado por Almuzara, una editorial propiedad del exministro del PP Manuel Pimentel.
Así que la próxima vez que un negacionista nos acuse a los periodistas normales de estar «comprados por el sistema» o «a sueldo de las «farmafias», quizá es conveniente cuestionarle qué lado de la barrera es más lucrativo. Porque igual nos saldría más rentable el «negocionismo».