En la imagen Miguel Ángel Revilla con su característico puro – (C) Foto: David Laguillo
Miguel Ángel Revilla admitió ayer la derrota del Partido Regionalista de Cantabria en las elecciones del 28 de mayo, arrollado por un Partido Popular que venció en los comicios al Parlamento de Cantabria y también en gran cantidad de municipios hasta ahora gobernados por los regionalistas.
Así las cosas, los bolos han quedado tumbados para el PRC. Se avecinan tiempos difíciles para la formación liderada por un Revilla que ya no volverá a gobernar Cantabria.
El líder regionalista asumió que pasará a la oposición e incluso será «diputado raso», como adelantó en una entrevista en CANTABRIA TV frente a varios periodistas.
En la noche más amarga para los regionalistas, Revilla dio la cara y aceptó la pérdida del Gobierno y el más que cantado pacto PP-VOX para la próxima legislatura.
Revilla, político carismático y a quien la inmensa mayoría de los ciudadanos perciben como honesto, incluso otros rivales políticos, ha sido un presidente de Cantabria atípico a todas luces.
Sin embargo, su cercanía al ciudadano ha dejado momentos de apertura de la política hacia las personas, algo de lo que tienen mucho que aprender otros políticos menos dados a hablar con los ciudadanos de a pie.
La era Revilla llega a su fin y es tarea del PRC buscar un sucesor o una sucesora que, sin poder compararse con el carismático Miguel Ángel, consiga sostener la fortaleza de un partido político que ha sido clave en el desarrollo democrático de Cantabria desde hace décadas.
En sí mismo Revilla es muy difícil de sustituir, pero en el regionalismo hay, con otros estilos, talento suficiente para dar por cerrada la era de Revilla como Presidente y abrir una nueva etapa.